La felicidad debe ser siempre así... naranja...

Mis ojos ven mi silencio colmado, completo. Me contengo bajo mis párpados y soy suficiente; mi silencio tibio y dulce se escurre y llena todos los rincones, las esquinas, las curvas.
Me derrito y me expando, crezco.
Me miro y me reconozco en esa masa informe de silencio líquido. El naranja deja estelas rosadas; el calor sale de mi y sostiene mis límites.
Yo soy todo dentro de mis párpados, soy la cadencia del silencio, la tibieza color rosada, la masa que llena la piel, lo invisible, lo vivo.
Yo estoy dentro, blanda y naranja, en un mundo tibio, donde el aire es dulce.
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